MADRID,
Itíí^l'JVTA I>í‘ joAPí l'r
Mk:jr>Píicna RauñNitH,
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L^-
RITMO INTERIOR
•Lea plui beaux ver»
whi ccux qu’on
n’ecriia jamai»...*
Rimiisd Haradcol-rt.
De I» poesía, sacrosanta, pura,
dulce y fecunda tierra,
hola la flor de un verso: el- que aspiramos
en revistas 0 en fiestas...
Pero existe otra flor que da otro verso,
el interior; su esencia
nunca sale a la luz, perfuma sólo
egoísta y soberbia
la habitación del alma. Interiormente
siempre han vibrado las mis hondas cuerdas...
6
JULIO J. CASAL
Imágenes que nadie, nunca nadie
vestirá con lis telas
de retóricas... Mágicas canciones
de las fuentes internas
que desgranan sus aguas en silencio...
Ruiseñores que dejan
morir la melodía de sus trinos
entre las verdes rejas
de la jaula interior... Espirituales
cielos que jamás muestran
los palacios gigantes de sus nubes
y el fulgor de sus diáfanas estrellas.
Cielos, pájaros, fuentes
y todo lo demás que secúndenla
en el ritmo que corre por el fondo
de nuestro ser y llena
nuestro yo de fantásticos rumores...
Ritmo náufrago, en vano nos prometes
fortuna y gloria eterna,
morirás sin que el hombre haya logrado
que salgas á la escena,
para que luscas en tu arte toda
tu ignorada riqueza...
MUI VL» horizontes
Kitmo interior que no encuentras salida,
debes ser un portento de belleza.
Si loe versos que vemos diariamente
lucir entre los libros ó en la prensa,
•i ton tan musicales y armoniosos,
¿cual no será tu fuerza,
tu melódico arpegio,
tu celeste cadencia,
i itmo interior, que el gesto, ni la roano,
ni lot labios te expresan?.»
NUEVOS HORIZONTES
Cansados de lo antiguo, nos encanta
que anide en nuestra rima
rl fuego de otro clima
y el olor de otra planta...
I.a juventud debe seguir caminos
de construcción moderna...
Disípese la eterna
tonada de los cantos palatinos.
IO
JUMO J. CASA!.
El viejo y noble árbol parnasiano
ya no tiene frondaje,
que desnudó su mágico ramaje,
del siglo de oro, la inquietante mano.
No tengamos por guia ni por norte
los lejanos y bellos figurines...
Nuestra musa no luzca los chapines
ni el desusado traje de otra corte.
Que en nuestro arte lo ignorado irradie,
y nuestro verso lo moderno mueva...
(Vamos en busca de una aurora nueva,
y de esa estrella que aun no ha visto nadie!
VOCES
Eternamente suenan
las misteriosas voces
de la poesía... Á veces
en fulgidos colores
y en aguas cristalinas
sus armonías rompen
de los visibles ritmos
en frescos surtidores.
Y por instantes huyen
de toda luz: se esconden
del papel, de la brisa,
del labio, de los hombres.
<3
JULIO J. CASAI
y armoniosas cual uunca
como un torrente corren,
perfumando tan sólo
los cauces interiores...
MATINAL
A Jua» R. JiwiNtz.
Voy por un sendero...
Sencillas aldeanas
bajo el tosco Uno
de las coñas blancas
vuelven de la iglesia,
que allft en lontananza
sobre una colina
verde se levanta
majestuosa y plena
de color y gracia.
<4
JULIO J. CASAL
Por entre los picos
de unos montes, baja
un zagal seguido
de unas cuantas vacas,
que al ver el desfile
y las risas francas
conque el campo inundan
las lindas muchachas,
los cansados ojos
abren espantadas...
Por el aire cruzan
místicas fragancias.
Un grupo de niños
y de niñas pasan
rumbo hacia el colegio;
las grises pizarras,
las grandes carteras
con el sol resaltan.
Van cantando alegres
con sus voces claras.»
NIIIVOl ItuHIZONTtS
Una emoción tierna
mi sentido embriaga.
Bebo A lentos sorbos
de U regia taza
d<-l paisaje; bebo
yo nn se qué raras
bebidas de ensueño,
que el cuerpo y el alma
•r aduermen en una
melodía extraña...
I I eterno gallo
de las madrugadas
canta allí» A lo lejos...
Suena la campana
parroquial, que i misa
nuevamente llama.
Viejos labradores
de curtidas caras,
ae persignan llenos
de huiuildad cristiana...
i6
JULIO J. CASAL
Viendo las sencillas
cosas provincianas
latir junto al claro
sol de la miflaoi,
suerto en ser lo mismo
que estas gentes llanas,
á quienes preocupan
sólo las diarias
labores, y viven
siempre resignadas,
buenas y felices,
sin temor á nada...
ASTROS
A
Lio poido Lwem
¿Si creo ó dudo? Buscan
i laudad mis ideas,
y he de dudar la fe
>■ apoyu linda mas que en las tinieblas.
9
Sin • mbargo, a momentos
•iip arrímete la eterna
|h cik upaciOn de un más alia...
|i. jtinun mi alclsmi los estrellas.
iB
JUIIOJ. CASAL
No me basta la vaga
afirmación de In Naturaleza;
debe existir en esos astros otras
pasiones, otras tierras...
¿Tienen alma los muertos?
Entonces ellos velan
desde la altura lodos nuestros pasos.
T al vez esto revela
ingenuidad, vulgar romanticismo,
nada importa: mi madre es esa estrella
luminosa de Venus. Dulcemente
todas las noches llega
hasta el cielo del mundo en que me agito...
Mi madre no está muerta.
Sólo mueren los falsos,
los inútiles, esa»,
almas que no han sabido
ser sencillas y buenas.
«UKVtM HURIZ0NTC9
|le*dr un «siró me habla
la lux clara y serena
•I- un viejo amigo, que dejó la vida
r<n los umbrales de la Primavera.
I ludo, porque los hombres
me ensenaron la ciencia
que borrar logra fantasmagoría*...
I’ero me queda esta
ilusión de creerme
que la» personas muertas
m» no» dejan jamás.
jY alumbran nuestra se.-ula,
ti'iirbi'uMi y amarga, desde <:l claro
reinó de 1 h» i almilas!
9
BIBLIOTECA DEL CLUB X
El presidente, es ante todo un hombre
ijue aunque ignorante, pretencioso y necio,
ya recibió del mundo oro y aprecio
para extender la gloría de su nombre.
Segundo tomo: el noble secretario.
Viajó en el mar feliz de los errores,
lleva una cruz al pecho, tiene honores
y sus obras consiguen incensario.
9
aa
JULIO J. CASAL
Lo» socios, mis ó menos, c»»i iguales.
Todos altos, soberbios y geniales.
Son lirismo, grandeza, pensamiento..
Visten bien, satisfacen su apetito,
gastan frases sonoras y han escrito
un libro de aventuras, jqu6 talento!
EN LOS PAISES.
En los países lejanos
•tonaba mi adolescencia
he de Irocar mis inviernos
en radiantes primaveras,
Mi imaginación vivia
de las mágicas leyendas
que desde los grandes centros
las plumas de oro nos cuentan.
JUUO
Un d(a, ingenuo y alegre,
le dije adiós a la iglesia
de mi pueblo y me perdí
en las ensoñadas (ierras...
Al principio todo el mundo,
para mis caprichos era
entretenimiento, ocio,
flor, astro, nido y poema.
Pero cuando me propuse
analizar más de cerca,
miré cómo en todos lados
es lo mismo la existencia.
En las lujosas ciudades
vertían las academias,
sabios que nada sabían,
recomendados poetas,
á quten el vulgo citaba
como á principes de letras.
NIIB VOS HORIZONTES
Los periodistas, sonore»
de penetración intensa,
publicaban obras malas
y rechazaban las buenas,
a rxi ser que éstas llevasen
recomendaciones serias.
Era un delito tener
demasiada inteligencia.
Se cotizaba el talento
como un producto cualquiera.
Sólo triunfaban aquellos
que vestían la librea
del académico... El brillo
entra por todas las puertas.
Entonces comprender pude
que la dicha verdadera
se halla en vivir alejados
de todo rumor y ciencia,
ocultos en el rincón
misterioso de la aldea,
np viendo más obras que
las de la Naturaleza.
EL PARAGÜERO
A jvuo C*M»»VttU
En esta vieja calle provinciana
que alegrar saben órganos y sol,
liare contraste el triste paragüero
(Ir aguardentosa voz...
El anuncia la lluvia. Y casi siempre
irónico ofreció
su mercancía en esas dulces horas
rstivales de siesta y de calor ...
a6
julio j. casal
Enfermo ensueña el aguí. Con los (lia*
de invierno y sin color,
gracias i los paraguas que compone
va arrastrando sus anos y su tos...
Lo acompañan en coro algunos niños.
V o siento una emoción
subir muy suavemente
y lenta al corazón...
Es que evoco los tiempos
en que feliz creció
de mi ninez lejana
la ya marchita flor .
Ciertas cosas vulgares
y callejeras son
para el alma dormidu
como un despertador.
«tuvo* HORIZONTES
tJ 9
Vi M' pierde en la calle provinciana,
i|iir alegrar saben órganos y sol,
•| i ríale paragüero
«I, Aguardentosa voz.*.
mk
INTIMO
A pesar de mi experiencia
y de mi saber humano,
y» necesito tu mano
para cruzar la existencia.
Si In rula es triste y mala,
y está cubierta de lodo,
tu amor lo remedia todo
porque me sirve de ala.
3 »
JUMO J. CaSAL.
Cuando sobre eJ alma mía
la noche tiende iu sombra,
el pensamiento te nombra
que al llegar tú, llega el dia.
Por ti se aplacan mis males
y se trocan en ventura,
pues eres la imagen pura
de las cosas celestiales...
Sígame dulce y cierne <ue
por las tinieblas tu paao,
que amanecerá en ini ocaso,
y mi sed tendrá una tuem
De tu caricia al calor
despierta el ensuetlo mío,
igual que bajo el roclo
brota por fuerza la flor.
NVIVUÜ HORIZONTES 33
Siempre estar juntos debemos,
porque me eres necesaria,
! |como al santo la plegaría,
como a una barca los remos!
VIAJAR...
|V ¡*|ai viijir por lodos los caminos
del mundo y de la ¡dea,
•m tillara de pai* ajes ignorados
y dr emociones nuevas!
Mentir en nuestro oído la armonía
dr diferrntcs lenguas,
I de |at <|we te vaya nuestro barco
hacia donde lo lleve la marea...
36 JULIO J, CASAL
Ser como el agua que no se detiene;
cual la estación que llega
para marchar de nuevo; que mi paso
al cruzar no señale ni una huella.
Dormir bajo los cielos apacibles
que nuestro afán no viera,
persiguiendo en el sueño otra mentira
distinta, otra belleza.
Ver los seres que un día nos amaron
—almas tristes y buenas—
que nacen y se mueren á la sombra
de la tranquila aldea.
Hablar con ellos de agradables cosas.
evocar las risueñas
aventuras de amor, que por lejanas
casi no se recuerdan...
MI<*V(I« IIOKUOWTES
37
> •Icsptir*, oirá vez, siempre impulsados
por una extraña rueda,
abandonar los valles conocidos
en busca de otros mares, de otras tierras!
HAY HOMBRES...
Hay hombres que no miran
limib los astros,
ni siguen con los ojos
rl vuelo de los pájaros...
Le 1 ' asunta las luces
que brillan en lo alto;
la inmensidad los ciega
y humilla, sin embargo,
se trepan muchas veces
a modo de gusano
sobre la misma envidia
para daftar el árbol.
Jl.'l IO J. CASA!
Esos seres no tienen
alas, pues han brotado
de la materia y suben
nada más que arrastrándose.
Viven entre la sombra
sin recibir el rayo
que todo lo embellece...
Inútiles y falsos,
les falta el alma y sólo
e*un hechos de barro!
PASAJE
Á M. Antonio Dole
Frente al campo, sintiendo
las voces de la brisa
y el amable murmullo
de lejanas esquilas...
Cerca de los trigales
que como el oro brillan;
entre los labradores
que con amnr se inclinan
sobre la verde alfombra;
viendo A una dulce niña
acariciar dos bueyes
que de un arado tiran...
Bebiendo en una fuente
el agua pura y fría,
sin tener otra copa
mas que la mano misma,
Y gustando emocione»
ingenuas y «cncillis
he comprendido el bello
pasaje de la vida— '
DOCTRINAS
Nuestro Seflor Jesucristo
habló asi A los sacerdotes:
Me tenéis en un altar
cerca de ios resplandores
de cirios que no terminan:
me habéis cubierto de dimes.
En mi traje brillan piedras
de maravillosos toques,
y hay en torno mío, una
profusión de bellas flores.
44
julio j. casai.
Desde mi trono agradezco
vuestros sentimientos nobles...
Veo que representáis
lo que yo he sido en el orbe;
sois buenos, educáis almas
y tratáis de que se postren
i mis pies... Mucho emociona
el jarrón lleno de flores
y el manto de pedrerías...
Eso me produce goces,
pero á mi sólo me basta
la plegaria de los hombres:
ella me viste y me nutre
consolando mi» dolores.
Si me quitáis las antorchas
será más clara mi noche...
Comprendo bien que no hay uno
libre de haber hecho errores...
Nevaos lo que rae envuelve
para que luego os perdone...
|Que estas piedras y este manto,
pertenecen á los pobres!
CAMPO Y MAR
A la nnmciio* rocín*
Dmotis cu Rio SÁ«aiu-GiA>UK»
De improviso el cielo dejó de llover.
Los campos se incendian con la luz solar.
Siente el alma anhelos locos de tener
alas, y volar
sobre la llanura
verde, sobre el mar...
Irse no se dónde, por esos caminos...
ser como las velas que ve desfilar,
bnvidia a los tristes, vagos peregrinos
que andan sin cesar
sobre la llanura
verde, sobre el mar...
4 6 JULIO J. CASAL
Una nubo pasa velozmente: lleva
para algún sembrado que empieza á secar.
tal vez la promesa de una vida nueva...
¡Ser nube y cruzar
sobre la llanura
verde, sobre el mar!...
Otra vez el cielo comienza a llover.
Pierde el campo el fuerte reflejo solar,
y el alma no sueña ya mis en tener,
alas, y volar
sobre la llanura
verde, sobre el mar...
EL LOBO
Llevamos sin saber, como en el rudo
romaneo, un tubo dentro
■l> ñu < tiros. El tobo simboliza
la unidad, el pensamiento
de traición, la careta
■|iia tras di- loa misterios
dn| i aitón agradable,
logia guardar defectos
I' | hombre olvida toda
su tuerza y sigue riego
#** instinto que oculta
rn ni interior, Por eso
ra u i aun, no obstante
mi arranques sinceros.
JULIO J. ('.*»* L
4fl
i lay que matar lo injusto,
la maldad, el anhelo
de herir, todo lo vano...
Matar el lobo, en fin, y al mismo tiempo
trocarlo en ruiseñor...
Nada mas fácil. l.uego
en vez de sentir siempre
nuestro instinto en acecho,
el alma será nido
de verdades, de hechos
justos, y eternamente
sonará en tomo nuestro,
el arrullo de un canto
melodioso y sereno.
VEO, NATURALMENTE...
A Emilio Caii&ip
Veo naturalmente
el mágico torrente
de la vida y sus cosas
grandes y portentosas.
La inmensa maravilla
releste no me humilla,
ni la eterna fortuna
del Sol y dr la Luna.
Todo eso es natural
corno el bien, como el mal
5 °
JULIO ). CASAL
No me parece raro,
sino sencillo y claro
que volar pueda el ala
y que exhale su olor
la misteriosa flor
que del verjel es gala.
Nunca logró un lenguaje
sonar más que un paisaje,
pues tiene el Universo
más música que un verso
Sin embargo, jamás
me asombró la riqueza
de la Naturaleza:
llevo yo más
cosas en la cabeza.
LAS DILIGENCIAS
A Jo*l L. ZoiPtLLA DI Saa MaitIn
Me agrada en las humildes
y atrasadas aldeas
ver pasar las enormes
y antiguas diligencias...
Los altos poderlos
■ Ir las lejanas épocas
y las glorias perdidas
ron su vejez reflejan.
Los caballos nerviosos
y de mala presencia
sufren el Sol ardiente
de las horas de siesta,
el látigo del tosco
mayoral que blasfema
su amena/a entre dientes,
el yugo de las riendas
y las noches de invierno,
uempre frías y eternas...
De mi nifiez los dias
amables me recuerdan.
Dulcemente y á sorbos
el alma paladea
la clara evocación
de las jiras aquellas
á través de los campos
y las nativas sierras...
No hay casi nada en este
siglo que no se mueva
NUKVO» HONlZOHTfcS
53
con el maravilloso
rrnortc de la ciencia.
MI hombre ha conseguido
dar movimiento y fuerza
mayor A todo: supo
utilizar su idea
loa mismo» elementos
de la Naturaleza.
I i admiración se inclina
deUnte de esas nuevas
maquinas que apresuran
y acortan la existencia.
I' I progreso y el mismo
hilummo es belleza.
''ero A veces me cansan
■ Man cunas modernas
54
JUUCi J. CA«AL
siempre de prisa; entonces
me pierdo en las aldeas
atrasadas y humildes,
viendo las diligencias
que vienen dando tumbos
con sus pesadas ruedas
y levantando blancas
nubes de polvoreda...
LIBROS Y HOMBRES
Cerca de esos, tomos
de lucientes lomo»
que tienen la fatua
pose de la estatua,
y en cuya» cubiertas
las manos expertas
grabaron seguras
regias esculturas,
me agrada dejar
la vista, buscar
entre tanto encaje
de obras, ese traje
ain flor, ni flequillo
del libro sencillo...
JUIJO J. CASAL
También en lus hombres
busco ios sin nombres,
los que en la escondida
selva humilde encuentro...
¿qué sirve la túnica
de seda? La ünica
verdadera vida
{debe estar por dentro!
KL CIELO ES TAN AZIJI ....
I I cirio i s tan azul y transparente,
<|ue su rotor convida
é perdernos soñando en los senderos
diafanos de la vidu...
Hntiir > I lago la góndola semeja
moverse como un ala:
«»< Mío -tro carino, por los mares
tlr la ilusión resbala.
58 JULIO J. CASAL
Tiene esta noche el misterioso encanto
de una noche andaluza:
por tas nubes del alma tu sonrisa
como una estrella cruza.
Sienta latir mi corazón tu mano:
cada latido lleva
para ti una canción, aún nunca escrita,
y una esperanza nueva...
MI LÁMPARA
Todo se ha quedado a obscuras:
la luz eléctrica falta...
Se hizo la sombra en el pueblo,
envolviendo en una vaga
leyenda desconocida,
l,i piedras, hombres y casas.
t'nn un aían infantil
ii iUrrt A mi vieja lámpara,
ya por inútil y vieja
en un rincón olvidada.
En otros tiempos felices,
bajo su luz, triste, opaca,
soflí mis primero» versos,
me forjé ideas fantásticas,
que alegres cual mariposas
de mis quinteras brotaban,
naciendo para morir
en torbellino agitadas
al recibir el calor
bueno de su llamarada.
No sé lo que me parece
verla como una antigualla,
con el metal oxidado,
la mecha casi gastada,
el tubo de cristal lleno
de agujeros y de manchas
y desteñidos los flecos
verdosos de la pantalla.
Antes, ul caer el illa,
los hogares alumbraba...
NUEVOS HORIZONTES
Precedía con su lux
las apacibles veladas,
mientras ola los cuentos
que en esas noches tan largas
del invierno, las abuelas
A sus nietecitos narran.
:
Hoy sus pálidos reflejos
lodo el aposento aclara...
Cuelgan del muro los cuadros
familiares: la mirada
de mi madre me ilumina
con una aureola de plata,
> mi padre simboliza,
> 'ti su cabellera blanca,
|o« más límpidos y puros
reflejos de la alborada.
( uando hallamos ciertas cosas
i vece» abandonadas
6a
JUMO J. CASAL.
que ocultan de nuestro ayer
ya casi olvidado, el alma,
sentimos esa emoción
que enmudece la palabra,
al encontrar un amigo
cuya vida deslizaba
desterrado de nosotros
en el tiempo y la distancia.
Por eso he sentido un gozo
de sonrisas y de lágrimas
al volver a ver de nuevo,
en un rincón olvidada,
la ridicula estructura
de mi antigua y pebre lámpara.
LIENZOS DE HA* AEL
a LAS TKKS UKAC1AS*
A Emuqvi Cómiz Camuuo
El conjunto nos quila toda duda
leí origen y la naturaleza
t|i nuestra santa diosa la Belleza:
nano sencilla, cándida y desnuda.
En medio del paisaje algo esfumado,
tíllenle á vaga idealidad romántica,
i Uiilraatu la escultura con su cántica
i oluptuosa, de cnsueOo y de pecado...
JUl.ru J. CASAL
64
l.a carne, bajo el su! tiene esos tonos
cambiantes del moirc. T ras el vestido
del claro vello, la naturaleza
las sumerge en ardientes abandonos...
Que asi desnuda y casta siempre ba sido
nuestra Madre y Señora la Belleza.
COMO TODA ILUSION.
A Ovidio Fdiiárdu Río»
Me aventure en la ruta
diáfana de la vida
persiguiendo una fácil
tlunón fugitiva...
I' I rielo estaba claro
y antil- el alma iba
II» iMiidose de azul
V rlaridad. La brisa
primaveral y fresca
■ orno una flor olla...
66 JULIO J. CASAL
A los lados, lo mismo
que soldados en lila,
las acacias su traje
de hojas tiernas vestian.
I.a ilusión se alejaba
rada vez mas de prisa:
sobre el corre! de un suelto
mi afan u perseguía.
I >e pronto entre mis dedos
senil sus alas libias,
y dije— al fin ya tiene
su prcnmi mi fatiga,
la blanca mariposa
de esa ilusión ya brilla
en mi interior y puedo
trocar la noche en día.,,
Pero al abrir las manos
no vi mí» que ceniza.
EL AFILADOR
A Eakiuii E- Pot»n
Viene con su carro ya viejo... ¿Sin duda
iKiiuMi'i la historia de) afilador?:
al iiliin d» libios afecto» desnuda
de soa claro» valle» un dia emigró...
América sabe ser hospitalaria.
I II « simboliza para el labrador
(oda la dulzura de una plegaria
I un litigar cubierto de paz y de sol...
Jt l io J. CASJU.
Partieron en busca de otros horizontes.
Y hoy que la locura del viajar pasó,
suenan en los buenos y nativos montes,
jugueteando en ellos la imaginación...
Retomar desean al pueblo, mas nunca
pensara en regresos el afilador.
Hice que ya tiene la existencia trunca
y que en sus montañas á nadie dejó.
Huraflo el semblante, l.i mirada hosca,
parece sumido siempre en un dolor...
Mientras rueda el carro de madera tosca
murmura entre dientes no sé que oración.
¿Vive sin ensueños lejanos f Ignoro.
¿Acaso la piedra de cascada voz
no vierte afilando sus chispas de oro?
Ese oro pudiera darle una ilusión...
pftfr Vt>% MUMtZoNTKft
69
h •. frío y huraño, bin embargo, ayer,
flirt tiMi pestañas el llanto tembló
V pense* ¿desdenes de alguna mujer?
¿cansancios del mundo? ¿fracasen de autor?
¿May vendas acaso que ocultan su herida?
Al mostrarse rudo, tal vez nos mintió,
guardando el secreto de su errante vida...
¿ttrliió en copa amarga? ¿Que cruz arrastró?
Al verlo cien veces en la carretera,
« hat hlAn el vulgo de prisa argüyó
ipie «I igual que el rostro frió como cera,
lendrla el viajero frío el corazón...
I os peregrinos que no dan al viento
ili 01 t amarguras 111 el más leve son,
mas los que gimen tienen sentimiento,
. I oisl que • • calla siempre es el mayor.
7 °
JH.IO J. CASAI.
Nos afirma a todos que en la humilde aldea
su antigua familia ya se dispc;só,
la casa está en ruinas, el hogar no humea,
y hasta el viejo perro, de pesar murió.
En su historia debe vivir un misterio,
pues causa el mirarlo vaga confusión,
que contrasta el aire taciturno y seno
con el ya gastado traje de color.»
¿Es un nuble arruinado? Lleva el porte
y el andar majestuoso de un señor
habituado u los faustos de lu Corte,.,
¿Ha manejado esclavos ó la hoz?
Tiene cierto encanto la figura austera,
quijotesca y triste del afilador,
cuando arrastra el viejo carro de madera
con un gesto lleno de resignación.
SOMOS HOJAS...
A S. Cuan* M»»tímj
Nos tienta el vago proyecto
que tal vez realizará
luchando continuamente
nuestra férrea voluntad.
Amarnos correr de prisa;
vivimos por el alan
indagador que persigue
lo que no existe quiza.
1
7a
JUUU J. CASAL
i>uinos liuja» en el viento,
fecas hojas, nada más,
que van por las carreteras
sin saber i dónde van.
Y sin embargo ambiciona
la febril curiosidad,
internarse en lo ignorado,
ver lo que no vió jamás.
Bajo el eterno horizonte
Conseguimos alcanza
Con la vista una distinta
tierra, un diferente mar...
Hay una voz ó una rueda
que nos consigue arrastrar
por caminos imprevistos.»
Mas á veces, á pesar
MURVO» II 1KIZ0WTES
73
de los móviles modernos,
sentimos que sin cesar
mientras avanzamos, algo
de sentimentalidad
adelanta con nosotros
mirando siempre hacia atrás.
DEL TEATRO ESPAÑOL
JOftt TALLA Vt
Su mirada non pone n descubierto
lo que en el fondo de su ser encierra:
mi corazón magnánimo y abierto
a todos los dolores de la tierra.
Nohay una estrella que tan bien irradie
.11 «d ciclo del arte. Nos asombra
verlo transfigurarse como nadie
dn ri*a en llanto y de fulgor en sombra.
¿Quién logra interpretar de tantos modos
aquello que sufrimos & diario
con un júbilo tul, ó tal herida?
El artista es genial, pues su escenario
es el mundo y en él despliega todos
los diversos motivos de la vida!
HORAS DE SIESTA
A FtAMCtKO VlLLAISMSA
En estas horas de siesta
tan bochornosas y largas
■ueAo con la buena sombra
di’ aquel patio de mi casa.
,i Habrá dejado In fuente
ib verter su chorro el agua?
'JiiC será de las macetas?
( K*taran mudas las jaulas? .
78 JUUO J, CASAL
¿Colgaran siempre racimos
de la refrescante parra?
Cuando cayó el noble arbusto
separáronse las ramas...
t a casa se vendió presto
por ver lo que nos tocaba.
Pasaron ya muchos anos,
-
mas recuerdo que al dejarla,
por mis mejillas rodo
la amargura dr una lagrima
Allí me forje ilusiones
no alcanzadas
y perseguí la primera
ritma decadente y rara...
A pesar de mi entusiasmo
por visitar otras playas
NUfVOS HOKIZuNTKS
y ver ciudades distintas
y cruzar mares y pampas,
con el estío he sentido
melancólica nostalgia
de las cosas que cruzaron
por los ciclos de mi alma,
luminosas como estrellas,
fugitivas como alas...
Y asi sintiendo el perfume
abrasador de una refaga
y mirando caer el sol
en las calles solitarias,
mi imaginación buscó
su abrigo entre tas lejanas
notas dulces, misteriosas
y agradables de mi casa,
dr la casa en que yo aún siento
i mitar la fuente de plata
> n medio del patio amigo,
que < n su recuerdo me embriaga.
y en donde pase las horas
más felices de mi infancia
bajo la tupida sombra
de la refrescante parra...
HUERTO INTr RIOR
#
Cuando te vi en mi camino
comprendió mi fantasía
que sólo me embriagaría
ron el zumo de tu vino.
Aspirando cae prrlume
dr tu cuerpo escultural,
no se qué anhelo sensual
fabrilmente me consume..
Q a JULIO J. CASAL
Para aplacar mía enojos
y olvidar viejos resabios,
dame la miel de tus labios
y el paisaje de tus ojos.
Junio * ü siento correr
un ignorado calor...
Llevo tanto, que una flor
ya marchita y sin color,
lograra reflorecer
sobre mi huerto interior.
HOMBRES DE CRISTAL
Vamos tranquilamente
por esas calles...
Nuestro disfraz eterno
de opaca carne
desfila inadvertido,
trivial, no atrae...
Peregrinos A veces
por tas ciudades,
nos detenemos sólo
frente a vulgares
rasas sin cortinones,
JUIJO J. CASAL
cuyos cristales
dejan mirar el fondo:
las familiares
escenas nos encantan;
no hay ni un detalle
mínimo que a la vista
curiosa escape.
Frente al balcón se juntan
las vecindades,
y estudian y critican...
Es nuestra carne
la cortina del alma
que las maldades
disimulan. Si el hombre
actual dejase
de su alma el sombrío
y obscuro traje,
todos nos seguirían.
Para que nadie
la habitación interna
no señalase,
NIU Vuft HORIZONTES
8S
y» se la limpiarla
de sus ruindades.
Nos ampara el misterio;
por eso nadie
cambiara la cortina
de tosca carne
por las puertas que tienen
claros cristales.
DKL PUEBLO X
Por no seguir la corriente
de esta aldea mercenaria...
(cuantas ilusiones rotas!
icuftntas vidas fracasadas!
Corred en pos deja sombra
vulgar de ese Sancho Panza,
del gobernador, y entonces
la vida será más clara.
JUMO ¡ CASAL
Saludad humildemente
la figurilla antipática
del alcalde, que su mano
odios ó amores derrama...
Por Dios, nunca alcéis la frente,
con ideas avanzadas...
jQue viene el Ayuntamiento
con su lúgubre guadaña!
EL ANGELUS
Muv cakiSosamixti
Ai Docto» Cunos Muño* A»*ya
Repican misteriosas las campanas.
El espíritu sueña emocionado
con la# remotas ilusiones vanas
que duermen en las ruinas del pasado.
Iji brisa mueve cadenciosamente
la copa de los árboles. La tarde
r* una antorcha inmensa, incandescente,
uur entre los claros horizontes arde.
9 ®
JUUO j. CASAL
Flota en el aire una liviana esencia.
Aún tiene el sol algunos resplandores;
sin embargo, se nota la presencia
de la estrella que adoran los pastores.
El Angelus inunda el mar, el llano...
Descúbrense i su voz los peregrinos;
la seAal de la cruz tiembla en la mano
de los fieles y humildes campesinos;
la sombra adquiere originales tintas
y el crepúsculo envuelve entre sus cintas
de violáceos matices las caminos...
PERFILES ANTIGUOS
Á Alejandro Sux.
Entre los muros de esta
ciudad vivió la Corte
de numerosos reyes;
estas mismas mansiones
tristes, aposentaron
á mis de un gentil hombre.
Enrique IV, el bravo
principe de gascones,
cunocío aquí á marquesas
A quienes dió por dote
infantes que tuvieron
su galanura y porte...
9 »
JULIO J. CASAL
Todo el pueblo reía:
los taciturnos monjes,
los pajes, los guardianes;
hasta Crilión, el noble
Crillón bebió la dicha
con todos sus pulmones...
En poco tiempo el pueblo
dichoso, desligóse
de todas sus riquezas
y de todos sus goces, -
fué un tejado de vidrio
que aprisa desplomóse
al cambiar los monarcas
de palacio y de nombre...
En esta vieja calle,
bajo la lumbre pobre
y pálida de antiguos
y miseros faroles.
NUEVOS HORIZONTES 93
rirtcn los marineros
prodigándose golpes
de pufio, por los ojos
de alguna maritornes,
tan fácilmente como
se bailan entonces
caballerosamente,
y a espada los seAores,
por la princesa, acaso
mas bella de la Corte...
INFINITOS
Al Doctor joii María Higuera Momio
Por instantes cuando subes
los ojos a lo infinito...
¿Nunca viste entre las nubes
nada escrito?
No hay verso de más dulzura
ni de Un bello color
f'omo el que puso en la altura
la diestra del Hacedor...
En el cielo hay un paisaje
de riqueza sorprendente
que suele cambiar de traje
diariamente...
El fragor de U tormenta
¿dónde estriba?
¿No nos viene de la venta
milagrosa de allá arriba?...
Y ese sol que por asalto
toda la campífia inunda...
¿no tiene oculta en lo alto
su aterciopelada funda?
Pasan en rápido vuelo
las nubes de grises vestes...
¿Quién descorrerá ese velo
do las regiones celestes?
NUKVOf HORIZONTES
Viendo este mundo brillar
¿no habrá entre los astros, otros
cjue ingenuos den en pensar:
Si serán como nosotros?
I ntrc las nubes se fragua
todo lo que es menester:
l'*s huertos encuentran agua
fresca para florecer...
Miremos siempre á la altura
cuando nuestra espiritual
flor, sienta la picadura
venenosa de algún mal...
Para mágicos consuelos
dr mu tros agrios desvelos
y terrenales querellas,
un poeta hizo los cielos
engarzándolos de estrellas...
A MEDIA NOCHE
A Armando Vumvi
Dialogando interiormente
con los raros personajes
que habitan rn los obscuros
y misteriosos desvanes
de nuestro yo, n»e olvide
de las absurdas y fragües
cusas de la vida... Cuando
volví a continuar el cauce
mundanal, tal voz habla
rn mis grutas cerebrales,
que la escuché al lado mío
sonar cadenciosa y grave...
loo
JULIO J. CASAL
Mi alucinación creyó
oir acentos terrenales
é inquieto, de mi aposento
descorrí los cortinajes,
interrogando en la sombra:
¿Habló alguien?
MACANA PRIMAVERAL
A Eduardo di Ort
Me asomo A la ventana
y en esta paz monótona del pueblo
me parece que vuelven
mi» mejores ensueños...
Sobre las rojas tejas de los pobres
caserones, ya Viejos,
Ins golondrinas de colores pardos
cruzan en raudo vuelo...
103
FUUO J CASAL
Suena en el aire, oliente
& Primavera, el eco
de la voz de Ion gallos
que cantan alli lejos...
Un grupo de vecinas
pasan con amplios cestos
en donde llevan llores,
legumbres, pollos tiernos...
Un portalón se abre
con remarcado estrépito;
vibra la campanilla
del collar de algún perro...
Poco á poco se inunda
de ruidos el sendero,
y ia mañana envuelta
con claro sol de fuego,
amanece sonriente
sobre la paz del pueblo.
FAMILIAR
Ni la Naturaleza
ron toda su belleza
de esos raros trajes
que hay en sus paisajes;
ni aquellos torrentes
de las claras fuentes
que entre los boscajes
de verde frescura
desgranan lenguajes
de intensa dulzura...
Ni todas las cosas
bellas, portentosas,
■04
JULIO J. CASAL
no me causan tanto
misterioso encanto
como ver la linda
boquita de guinda
de Inés, cuando bebe
del vaso de nieve
redondeado y lleno
de tu blanco seno...
EN ESTA TARDE
i' n cala tarde, ajada por la lluvia,
el ánimo lamenta
que en loa amplios paisajes
del «lelo y de la tierra
formen grises dibujos
las invernales nieblas...
Entornamos los ojos
y Subamos en esas
lardes esplendorosas
que alegres centellean
l»»j» el sol, cuyos rayos
ile Un intensos ciegan...
loó
JUI.IO J. CASAL
Junto á nuestra ventana,
cuando menos se piensa,
rompe un órgano en vagas
canciones callejeras,
que en el ambiente triste,
dulces y amables suenan...
¿Sigue el cielo plomizo?
¿Continúa la tierra
con el eterno manto
de soledad cubierta?
¿Las calles están siempre
húmedas y desiertas?
Nada sé. Ya la vida
mundanal no me tienta
y los cerrados ojos
me escudan de la niebla,
y esta música alegre
me parece tan llena
NUrVOS HORIZONTES
d* claridad, que creo
que es como un sol que incendia
los fabulosos pueblos
que rn mi interior alientan...
NADA MAS?...
Dr improviso aquella espina
(mi punradorn ilr un mal,
fl> •taparen- del toda...
de felicidad
eral icm nuestra frente;
el gusano pesar
»r deshace bajo el paso
drl pie de un feliz azar.
IO
JULIO J.
Ayer, tristes, resignados
casi del todo a llorar,
queríamos solamente
nuestro dolor atenuar;
nos alcanzaba con una
breve dicha nada más...
Hoy en nuestra noche, hay rayos
intensos de claridad;
no nos dada mas la espina
de aquella fatalidad;
marchamos por la existencia
sin sufrir acaso ya,
y sin embargo la eterna
pesadilla, el torpe afán
de querer nuestra alcanzada
dicha breve completar,
nos hace una y mil veces
con avidez exclamar,
eternamente sedientos
de otros goces.,. ¿Nada mas?
AL MAR CANTÁBRICO
A Ji'uo R*úi Mundo, aiiamu
Siempre vengo a tu orilla, viejo mar,
mi viejo mar amigo,
|mu» trmplar mi ánimo sintiendo
tus oleajes bravios...
I <i montana, con todas sus grandezas,
al monte con sus pájaros y nidos
y loa centrales y soberbios pueblos
•M» timen tu atractivo...
ría
juuo J. casal
Mas que las capitales interiores
adornadas apenas por un rio,
prefiero las cantábricas provincias
adormecidas por el son marino...
Mar de cresta aleonada, toda espuma,
con tus mirajes quietos ó intranquilos,
mar como la mujer, siempre voluble,
¿quién no sueña contigo?...
Desde un banco de piedra de la playa
y a media noche, miro
temblar en las alturas las estrellas
que se me antojan puntos suspensivos...
El cielo es todo claro, como una
luna de cristal limpio;
llega hasta mi la música temblona
de los vals del Casino;
MI » Vi i lluüIJiOMLs
** ucht a la distancia la algazara
•la un corro femenino
• |i»r comenta con risas ei arranque
ponentino d« un fuego de artificio
•I»*' • Afilió junto á un grupo
•liKMvmrtclo a varios niftos...
Alia lt!)o* rl cielo se sonríe
• •mi mj% luceros límpidos,
la *o« ti dad se embriaga de licores,
d» palabras sin fondo ni sentido,
I 1 1 publico también se alegra ingenuo
con vulgar regocijo,
I P< i lu r viejo mar. tú nada quiere»,
continúas altivo,
■ (pin húmente triste, balanceando
I • o hit ondas azules o en tu oleaje bravio
Im% barras pescadoras:... Orgulloso
yo no se qué extraeos rumos
Je fuerza y voluntad: por eso vengo,
para templar mi espíritu
en tu ruda canción oliente a sales,
mi viejo mar amigo...
k ( TORNOS SENTIMENTALES
V'a llego á los mares
claras, tutelares...
Allí está la torre
y el rio que corre
cuntando su eterna
rantinela tierna.
No» decimos cosas
intimas y hermosas.
I >r nuevo ha llegado
sonriente el pasado...
n6
jt'iJO J. CASA».
¿Ves? Mi pensamiento *
vuela mas que el viento.
Con cerrar los ojos,
lleno mis antojo».
Mi melancolia,
tiene una Alegría:
mismo á la distancia
siento tu fragancia!
I «¿A Rocl* lc f »9 :
SOMBRAS luminosas
Á Auuou £. MtaiwH
Voy hacia el pueblo... Agosto
virtió su canastilla
il« planta* y de frutos
|tm toda la rampirta...
I nlrr el verde follaje
•Ir U arboleda, el dia
|M unavrral y diáfano
«bilí cmentre se filtra...
Todo es alegre... p« ro
¿quién me asestó la herida?
Alguien dejó mi fuego
convertirse en ceniza
y tras de los cristales
de mi melancolía,
veo las nubes grises,
las hojas ya marchitas,
las rutas solitarias
y los campos sin vida...
Después de un tiempo, vuelvo
& la ciudad— la brisa
es invernal — la noche
es lóbrega y es irla;
en el cielo sombrío
sólo hay nubes plomizas.
Todo esta triste... pero
en la humilde y tranquila
aldehuela, unas manos
me curaron (a heriua...
»• I VOS IH KI/OSTf-S
Y ii causa de esa nueva
ilusión que me agita,
tur calor el alma,
■ Ir antojan que brillan
li» astro» en la altura...
.tjuién frente a mis pupilas
puto un lente tan claro?
I'i»r la ilusión que es vida,
»e troca la tristeza
rn mágica alegría,
i hasta la misma sombra
piirrce lux dormida!
■
PIEDRAS
Si por este camino
largo de la existencia
fuéramos arrojando
piedras blancas ó negras,
para marcar con unas
nuestras hondas tristezas
y con las otras todas
Inn alegrías buenas...
Entonces..., jay!, icnlonces
qué pocas piedras
transparentes y blancas
y cuantas negras!
MIGUE!. DE UNAMUNO
Don Miguel de Unamuno, aquel Kector
de la Universidad de Salamanca,
ofrece estas dos notas de valor:
la incomparable pluma, siempre franca,
y una conciencia, más que todo, blanca...
p iini'iencia que no cambia de color).
liten lo pintó la frase del poeta:
•Mn miedo del malvado á quien domina,
ttriide la mano al bueno." Y tanto reta
•l. ade su verde é intelectual colina
124
JIM »o J. CaSAI
al mercader que á nuestros pies camina,
como al astuto que escaló la meta.
...Yo por este “Hombre-Dios “del arte siento
latir mi admiración con mayor brío
que empuje tener puede el pensamiento,
fuerza las aguas del más vasto río,
frutos la tierra cuando llega estío
y estrellas en Abril el Armamento.
Puesto que suele hablarconsigomismo,
creo que todo el Universo cabe
en el loco magín de su idealismo...
Cuando canta me digo: he aqui el ave
que con su voz supo encontrar la llave
de un reluciente y clásico lirismo.
Por esos caminos, lleno de ilusión,
luchando a la sombra de toda razón,
MU VOS
«25
t n |na de lo bello, contra la falsía,
,ial Rubén lo dijo ya en una canción,
lu ve eternamente la quimera mía,
un I* adarga al brazo, toda fantasía,
, I* I ni /.a en ristre, toda corazón...
LOS PERSONAJES
A matante nuestra frase
maU corno un veneno,
y *in embargo suele
también «ervir de aliento.
En tuda mano hay oro,
cordialidad, afecto,
y rl interés bien puede
mancharla con su cieno.
JUUu J. CASA!
rae
Todo* hrmn* pecado.
1 lembla en nuestro recuerdo
de la vieja acción, unos
rasgos blancos ó negros.
Del amigo las penas
nos causan llanto acerbo,
ó pone en nuestros labios
un agradable gesto...
¿Por i)ur solemos ser
tan tranquilos ó inquietos,
sensibles, inhumanos,
falsos ó verdaderos?
;Ah!... No .somos nosotros
hay en nuestro cerebro
personas que nos dictan
distintos pensamientos,
MUI VOS HuRlZuM'cS
13*
Ocultos en el fondo
de nuestro ser hay ciertos
seres que nos dominan:
somos unos grotescos
fantoches nada ma*,
que sólo nos movemos
a impulsos de mandatos
y de instintos ajenos.
Obramos con espíritus
nerviosos ó serenos...
abrimos una herida
ó la curamos luego;
arrojamos espinas
6 rosas á un sendero,
para que unos pies sangren
ó se impregnen de incienso
y otras cosas diversas
bien á menudo hacemos
v
JULIO
130
porque el hombre más noble,
y equilibrado, dentro
de su espiritu tiene
un personaje malo y otro bueno
FLORES DE PAPEL
Recuerdo que siendo
casi nifio, un dfa
si ver en el amplio
«alón de familia,
cuatro ó cinco rosas
(odas de anilins
y papel, gastadas,
casi desteñidas
por el sol y el tiempo,
corrí con gran prisa
4 buscar un poco
13 »
JIH.H» J. CASAL
de agua cristalina,
que vertí en el búcaro:
la inocencia mía
no v¡6 el artificio...
Mi fe era tan viva,
que sentí en el alma
rayos de alcgia,
pues cref que aquellas
rosas tan marchitas
por el sol y el tiempo,
ya florecerían.
LOS VENDEDORES
Á Rui* Darío
-Quien fuera vendedor
para ptsaime el día en U
calle gritando: ¡Quieu com-
pra ajorca» y pulieras do
plata y de cristal?»
R. Tagokil». / PüfnutH tmdioaj
I .nsi pobres vendedores ambulantes,
•on sus gritos me causan
honda melancolía... ¡Cómo duele
la voz triste, aflautada,
qur suena su estribillo hasta el cansancio:
^ • (Pulseras de plataL.*
*34
JULIO J. CASAL
Eternos peregrinos de la vida,
no detienen su marcha
casi nunca y caminan resignados
bajo el sol, bajo el agua...
de pueblo en pueblo,
de casa en casa,
compran el pan, vendiendo sur ajorcas
y pulseras de plata.,.
Todos los vendedores me dan pena...
¿Nunca habéis remarcado cómo cantan
su mercancía en esas rudas horas
de una siesta que abrasa?...
jMercachifles de todos los caminos,
baratijeros, parias,
que andais de un lado A otro
llevados por un viento de desgracia!...
Nwrvn* horizontes
«35
Yo, como el indio-niño, también tuve
mi gota de nostalgia
ilr no poder burlar de mis maestros
la aguda vigilancia,
para vender lo mismo que vosotros
por lili calles desiertas y apartadas...
Leonardo, el buen frutero
de la ardiente Calabria,
Joaquín el pescador
de las tierras de España,
Matías el que arregla
km deshechos paraguas...
A Pedro, i Juan, á toda
la errante caravana,
mi fraternal poema
o* lleva su fragancia.
I leí nos peregrinos de la vida,
•minian lentamente la jornada.
* julio j> casal
Son de la misma tierra miserable,
de la tierra inhumana,
llegan de todos sitios, ya cansados,
el corazón ron canas:
|&on los humildes pobres que nacieron
sin hogar y sin patria!
EL INTERPRETE
Á
MvkKU M Al II apo
r>oo Cesáreo, el intérprele de la Imperial Toledo,
l«utortsé) es un mozo de tan buena memoria
r para bien de su oficio- que se conoce al dedo
trníí» lo que provenga de narración ó historia.
Refiere a los turistas que Cervantes fue manco,
y que escribió su Ilustra Fregona en la "Posada
de la Sangre". Asegura después que fué pintada
ipara cubrjr lo bello) toda iglesia de blanco...
T38 JULIO J. CASAL
Se sabe casi todas la» frases del Btr-deker,
y mientra» yo me pierdo por la calle de Becqucr
aflorando romances de tiempos que no son,..,
Cesáreo, ajeno al arte y a toda fantasía,
por las tristes callejas mi inquieto paso guía,
silbando indiferente, yo no sé qué canción.
SOY UN SENTIMENTAL
A Qmi Cortinas
Soy un sentimental. Y lo lamenta
Cualquier desgracia el corazón me toca.
Me conmueve una hunda. ¡Cuanto siento
no ser más duro que ct cristal de roca!
Cuando veo las llagas de un hermano,
hacia su lado sensitivo corro
llevando, ya en los labios ó en la mano,
la vergonzosa ofensa del socorro!
MO
JU! IO J. CASAL
Analizando mi agitada vida
para la humanidad incomprendida,
con su dolor al mundo indiferente,
quisiera ser lo mismo que esa fatua
maravillosa y egoísta estatua
de corazón de piedra, que no siente!
FELICIDAD SUPREMA
Si quieres ser feliz
y admirado, cultiva
rl arte de los toros,
trócate eu pugilista,
harte burgués ó cómico,
vive de la política,
usa un bastón de puño
brillante, gasta fina
alfiler de corbata y más que todo
llamante y bien cefiida
lleva esa refinada
prenda que es la levita...
143
JULIO J. CASAL
Asi muy fácilmente
los padres de familia
te abrirán sus salones;
te casaras con rica
y majestuosa hembra...
Y habrá de llegar día
en que serás ministro
y tu renta política
gastarás en caballos,
en cigarros y artistas...
Pero jamás cultives
las pasiones daáinas
del hombre: no hagas música,
ni pinturas, ni ritmas,
porque el mayor de todos
los placeres se cifra
en ser audaz, pedante, presumido,
sin un ápice de arte y poesía,
Arbol...
Arbol peque Ao que estás
puesto en medio del camino,
me da una pena mirarte
tan débil, tan enfermizo...
Eres el eterno humilde
y tu ropaje amarillo
no sintió cantar los pájaros
ni tuvo el peso de un nido.
¡Cómo envidiarás los otros
grandes árboles amigos,
tan frondosos, un esbeltos,
tan rumorosos y altivos!
Bajo tu sombra jamás
se realizaron idilios
porque tu ramaje nunca
fué para el amor propicio.
Viéndote tan triste y seco,
'no sé por qué me imagino
que en este próximo Otono,
al igual de todo tísico,
morirán tus mustias hojas
y con las hojas tú mismo!
EL DOLOR
Ninguno ve acostumbra
4 los hechos amargos.
I »p un solo gesto, el vino
•Ir ln dicha gustamos; *
»■« ro la copa de un dolor, tan sólo
bebemos trago 4 trago...
¿V fwr que asi? Alegrías,
penas, ¿no son, acaso,
la vida? jQue cobardes,
<|ue miedo al dar el paso
■obre la movediza
tierra de lo ¡gnoredul
IO
146
JULIO J. CASAL
La tierra, la más firme
tiene por fuerza fango...
•jSi nos sepultaremos!*
inquietos exclamamos.
Nada más que á la dicha
reimos de buen grado.
A mi ya no me inquieta
lo bueno ni lo malo.
Esos dos personajes
no me son nada extraños.
A uno le pongo cara
de risa y de entusiasmo:
•jBien venido, placer!*
Tan familiarizado
estoy también á todas
las zarzas y los daños,
que en el dolor yo veo
la sombra de un hermano.
HUI Vuh IIOKIZUK t L‘S
y cuando tarda, i veces,
en llegar a mi lado,
mí afecto lo interroga
con ojos y con labios:
¿l*or qué no venir ames?
|Ocieaba tu visita tanto, tanto!
SENDAS ESCONDIDAS
En este barrio, en que pasé las horas
in»s diáfanas y bellas,
y • n que soAC tantas canciones claras,
nu conocen apenas...
I .a Rente me saluda cortesmente,
rumo A un sefior que goza de sus rentas,
y « n la casa en que vivo hay un portero
que me ofrece novelas por entregas...
JUNO J. CASAL
f 5°
No hay emoción más hofi Ja que la mía:
Ser autor de romances y poemas
y construir fantásticos jardines
sm que nadie lo sepa...
Tiene el barrio un teatro. A veces, suelen
organizarse fiestas,
en donde lucen sus habilidades
magníficos poetas.
Yo paso inadvertido. Desde un amplio
sillón de la platea,
para aplaudir, mis manos generosas
están siempre dispuestas...
Soy un vecino humilde. Un periodista
me llama la atención de las bellezas
de la elegía sensitiva y cursi
de un vate de romántica melena...
hi rvos moiuzontl*
*5*
jSer ignorado por el mundo todol...
Srr un Rotschild de ideas
»iiu no ilumínen nada más que el cielo
dr nuestra vida interna!
EL APEADERO
Al maestro Aleudo Vician
Triste apeadero de aldea,
te vuelve á ver mi memoria
siempre solitario, ardiendo
bajo el sol, sin una sola
ramazón de árbol amigo
(|ue te cobije en su sombra...
Nunca supiste de cargas,
ni de enjambres de personas,
ni tienes esas tabernas
vulgares, en donde toda
la juventud canta y brinda
por la salud de la moza...
*54
Jamas frente A ti los trenes
de gran lujo se estacionan.
Sólo algún carro de bueyes
que guia una labradora
hace retumbar las piedras
mal salientes que te adornan.
Y cuando ai caer la tarde
te envuelves en la luz roja
de tu linterna fantástica,
mi espíritu se emociona
pensando en las pobres gentes
que alrededor tuyo moran...
{Pobres gentes, que se afanan
eternamente y laboran
sobre un miserable trozo
de terreno, en el que brotan,
mas que el trigo necesario,
las rosadas amapolas!
■USVUS HORIZONTES
«55
Triste apeadero de aldea,
Biempre en mi clara memoria
dejarás un surco inmenso;
con tu vida tan monótona,
con tu paz tan de sepulcro,
con tu columna verdosa,
en donde el reloj de acero
ni marca las justas horas...
Triste apeadero de aldea,
no rae entristece tu honda,
tu humilde tranquilidad,
sin bancos y sin personas.
Amo la fisonomía,
siempre antigua, de tus cosas.
Y en tu silencio yo encuentro
las palabras más sonoras...
¡pero qué pena me das
verte al sol, sin esas hojas
gratas de un árbol amigo,
que te abriguen con su sombra!
RETRATO
Prosaica historia la de mi amigo,
de señor á mendigo,
de mendigo a seAor;
mempre ensayando el salto
desde el suelo á lo alto,
de la dicha al dolor.
Del sombrero de copa
pasa á la burda ropa.
S>- abriga bajo pieles
0 anda desnudo. Apura
igual la desventura
1 »mo se embriaga en mieles.
JULIO j. CAS Al.
158
Repartiendo el provisto
bolsillo ya lo he visto,
cual padre de familia...
También lo bailé minado
-rotoso y demacrado
por forzada vigilia.
Indiferentemente
bebe el champagne hirvíente
ó agua de un manantial...
Que su filosofía
lo adapta a la alegría,
a la noche y al mal.
Con sus viajes raros,
de los cielos tan claros
¡i la sombra que inquieta,
hallo en ini compañero,
el más fiel y sincero
retrato del poeta...
nuevo» itoituojrrK»
I.» poesía, eternamente,
será fuente
de la dicha ó del dolor;
por cbo. siempre, mi amigo
pasar» indistintamente
de seftor á mendigo,
de mendigo á señor...
MAS...
Más que los rasgos geniales
tlr las ciudades modernas,
ron sus soberbios casinos
y las sonrisas externas
il> sus snobs, tan formales,
tan canallas como linos...
Mas que el mágico palacio
tlrl Parque, más que los trajes,
* I auto-chic, la elegancia
del fabuloso topacio
que luce entre sus encajes
una cocotte de Francia...
ii
16a julio j. casal
Mas que el notable teatro
y aquellas manos falsarias
que entre la piel de unos guantes
ocultan de mercenarias,
por lo menos más de cuatro
%
gentil hombres elegantes...
Bien más que e! ruido y la farsa
de toda humana comparsa,
prefiero la misteriosa
ruta, el crepúsculo rosa,
la voz mística y vibrante
de una campana que suena
desde una iglesia distante,
de ritmos alados llena...
Más que tas construcciones del presente
con Unta simetría, siempre iguales,
mucho más que los modales
de la distinguida gente.
rae encantan esos disturbios
que Rrman los pescadores en el puente,
y las casas sin lineas, desiguales,
de los tristes suburbios...
FRENTK...
Frente á tus ojos, comprendo
lo grato de la existencia:
ellos son los claros faros
que iluminaron mi senda...
Mirando tus rojos labios
que Un dulcemente besan,
no dudo por qué hay sonidos
suaves y palabras tiernas...
i66
juuo
Viendo los rizados bucles
de tu rubia cabellera,
me digo: ya sé de dónde
provienen rasos y sedas...
Cuando en la suma embriaguez
mis brazos sienten la intensa,
la honda impresión de tu cuerpo
— todo juventud y belleza-
mi alma tanto >e emociona,
mi cerebro tanto sueAa,
que encuentro en tu blanca carne
las mas fragantes esencias,
y me parece que brillas
como las mismas estrellas.
• ' I ’
DE VIAJE
«
Suena en el ambiente aldeano
la nota de una canción...
La preludia un hombre sano
de cerebro y corazón.
Se ve á un pájaro cruzar.
Mientras lo sigo en su vuelo,
siento que me muerde el celo
d* no poderlo imitar...
00 * JULIO J. CASAL
Abandonamos la villa
tan malsana y tan obscura
y buscamos la sencilla
pa* de una aJdrhuela pura...
La brisa primaveral
tiene los mismos aromas
que nacen entre las lomas
de mi villorrio natal...
Sobre el amplio puente rueda
el coche, tjuc se retrata
sobre la tersa vereda
del mar, todo azul y plata...
Vamos al campo. Convida
todo A beber de loa senos
bien redondeados y llenos
de nuestra madre la Vida...
LAS HUKRTAS
' ■'* ’PV
Á )o»i M*»U Dov>«tv
¿Nunca habéis remarcado en esas huertas
que hay en las avenidas silenciosas
y entre cuyos cuadrados de jazminez
se ven andar las sombras?
La brisa mueve con sus tibios dedos
las palmeras frondosas,
y en el claro silencio de la nuche,
su cantinela un ruiseftor entona.
170
JULIO J. CASAL
El jardinero, un viejo jardinero,
lleva en sus manos toscas
el pan de los verjeles; se oye el agua
verterse entre las plantas gota A gota..,
No suelen desfilar por estas tristes
avenidas, enjambres de personas,
y tan sólo se escucha algunas veces,
la voz gastada y ronca
de un car re-tero hablando á sus dos bueyes
que al establo retornan...
Huyendo de los ruidos, de la vida
agitada, de toda
la falsedad del mundo, ¡quién pudiera
vestirse con las telas de la sombra
y ser de piedra, igual que esas estatuas
qui ni ríen ni lloran,
y eternamente jóvenes, y ajenas
A los hombres y cosas,
¡como guardianes fieles y callados
los portales adornan I
LAS CRIADAS
Ed estas grises mañana*
de un crudo invierno cantábrico,
mr dan pena las doncellas de servicio
que vuelan hacia el mercado;
envueltas en bus mantones,
ron la burda cesta al brazo,
sin un paraguas que cubra
bus carnes... Chapoteando
van con las botinas rotas
bajo el agua y sobre el fango...
JOMO J. CASA»
I72
¿Y aquellas otras criada»
que yo he visto allá en mi barrio?
¿Qué será de ellas? ¿Murieron?
¿Á su pueblo retornaron?
Bien sufren el pan que muerden.
Espíritus resignados
que ni un momento abandonan
la esclavitud del trabajo.
Se desvelan por la noche
llenas de sueflu y cansancio
para dormir á los nihos
al arrullo de sus cantos,
y humildes, sin un reproche,
sin un justo gesto amargo,
se despiertan con la diana
bulliciosa de los gallos...
Pasan pálidas, envueltas
en mantones desgarrados.
NUKVQS MOKIZONTtS
presurosa» como sombras...
(Pobre» mozas, que dejaron,
ignorante» de la vida,
sumisa» <1 todo trato,
el aire de sus montañas
y la salud de sus campos!
EL PRINCIPIO («I
¿De dónde venía yo, cuando tú me encontraste?,
preguntó el nido, todo rosa y nácar...
La madre lo acercó junto á su pecho,
y, mientras cun su afecto lo abrigaba,
le dijo asi; Venias de ía tierra
remota de mi infancia,
dentro del corazón siempre sentía
moverte como un ala...
Has vivido en la vi Ja de rni madre
y en mi vida. Flotabas
I Ó Inspirado en Ki prmnfho, di? R. Tagore, al través
d«* la prosa de Zenaida Canibr uni.
JITI.Ill ). UMI
I76
en el litar de nuestro hogar. Mil veces
con barro imaginario te formaba.
Tu espíritu inmortal, hace ya siglo»
puso su nota clara
en nuestras cosas todas y regla
con su amor nuestra casa.
Cuando mi juventud abrió sus hojas
tú fuiste su fragancia...
jFrimer amor del cielo,
fraternal luz del alba,
venias de la tierra
remota de mi infancia!
y al fin te detuviste con tus charlas,
con tu risa y tus nítidos gorjeos
en la cuna sagrada
que te forma el abrigo de mis brazos...
¡Sin conocer tu imagen ya gozaba
Subías por el rio de la vida
íes siembre bellos.
nuevos horizontes
*77
y de tu» labios, rojos como grana!
No me extrafia tenerte junto al pecho,»
(Mace tiempo morabas
perfumando, cual flor, los maternales
rincones de mi alma!
13
LAS VENTANAS
Á Makuu Mi/noa
Desde la sombra del puente
veo una ventaos abierta,
y á su luz, tenue y doliente,
mi imaginación despierta...
¿Quién vela? ¿Un vate ignorado
trasnocha buscando un verso
diáfano, límpido y teño,
por ningún otro sodado?
«8o JU1.IOJ.CAMI
¿Un lacayo de librea
esperará A su señor,
adormecido al calor
bueno de la chimenea?
¿Un tosco burgués que, acaso,
tiene In luz encendida
porque ha sentido algún paso
y teme perder la vida?
¿Quien será? ¿Algún escribiente
trabaja, con mano incierta,
sobre un roido expediente...?
... ¿Se está velando a una muerta?
Bajo la lámpara amiga,
un novelista algo hastiado
que no pudiendo dormir,
¿pasa el tiempo en escribir
NUT.VOS HORJZONTTS
181
alguna historia liviana,
mientras aguarda el rosado
despertar de la mañana?
La luz, ¿iluminará
el féretro de un dolor
y deudos tristes, llorosos?...
¿0 reirán dos amorosos
sobre el lecho del amor?
Viendo un reflejo brillar
al través de una cortina,
¿vuestro instinto no adivina
una escena familiar?
¿Quién vela en las alias horas?
Persona, acaso, que moras
en esa mansión del puente,
mereces ser engarzada
iBa
jüUO J. « AftAI.
cn e! oro reluciente
de la sortija encantada
de una canción ignorada...
Tal vez estas increadas
y fantásticas figuras
en mi romance ideadas,
¿vendrán por nuestro camino?
¿Nos darán á beber vino
de dichas ó de amarguras?
Cuando menos lo pensamos,
los desconocidos seres
con los cuales nos cruzamos,
nos causan llanto ó placeres,..
— Y eterno romanticismo,
padre de todo lirismo,
que me haces sonar en ciertas
NUEVOS HORIZONTES
.83
cosas y amar las dolientes
luces tenues y lejanas
que brillan en las abiertas
y misteriosas ventanas...
HEROISMO
Ya lo sabias... Mi camino estaba
sembrado de tinieblas,
en mi jardín no florecían alas,
rosas, ni estrellas.
La sombra del dolor me perseguía
rondándome de cerca;
por mi cielo interior cruzaba triste
la nube opaca y negra.
(86
JUMO J. CA5AI.
Me viste solo, con mi mal al hombro,
trepando por la cuesta
del olvido, romántico
sofiador de una idea
que á pesar de su lumbre
los hombres nunca vieran...
Supiste que las tablas de mi barco
podrian deshacerse en una pena,
supiste que a mi lado todo es sombra
que i, mi la claridad del sol no llega...
V' sin embargo, me seguiste. Frente
* mi noche, sin cantas, sin estrellas,
comprendo el heroísmo de tu alma
siguiéndome al través de la existencia!
VOY...
A Amado Nuvo
Voy por esos apartados
barrios, poco iluminados...
Esa calle tan desierta
es lo mismo que una muerta:
sólo un deudo la acompasa
y es la luna que en su incierta
claridad tenue la bafta.
Este largo callejón
sabe darme la impresión
honda, que no tiene nombre...
Nunca ha visto las verbenas,
ni bailes: por «I apenas
cruza la sombra de un hombre.
i88
JULIO J. CA>AI
Cual torpe caricatura,
como un beodo inseguro
en su andar, va mi figura
ya corriendo por un muro
ó haciendo raras cabriolas
por las calles retiradas,
tan tristemente calladas
y tan solas...
En manos del guardián bueno
que ex i «te en todo sereno,
esa linterna fantástica
cuya luz. errante, elástica,
la brumosa calle llena,
parpadeando allá, á lo lejos,
con sus pálidos reflejos,
roe parece un alma en pena...
Avenidas silenciosas,
opacos alrededores,
vosotros me habíais de cosas
intenores.
A ANTONIO REY SOTO
La brisa de tu arte, que los claros,
misteriosos y raros
trigales de tu ingenio balancea,
ha de cruzar los mares,
llevando hacia otras tierras los cantares
forjados por la fuerza de tu idea!
Hay sonidos de mística campana
en tu canción vibrante,
190
JOMO J. CASAL
y un humilde y fragante
perfume á mejorana
en tus inmensos versos,
limpios como pasados por crisol,
como las ondas de los lagos, tersos,
y luminosos como el mismo sol!
Con tu música se olvida
la amargura de la vida...
Y el espíritu cansado
del presente, rememora
bajo tu cantar, la hora
mis amable dei pasado.
En tu canto, que vibra eternamente,
hay rumores de fuente
que hace saltar los iris de su agua...
Y con tu gigantesca fantasía
arrancas la más pura melodía
de la linca fragua!
KUTVlS HORIZONTES 191
Galicia con su» paisajes
y con sus bellezas todas,
te lia regalado los trajes
con que engalanas tus odas!
Yo me interné ávidamente
entre la dulce armonía
de tu salmo transparente,
que, aunque blanco como el día,
tiene la melancolía
soñadora del poniente)
Ruiseñor deestas selvas, cuando trinas
llega hasta el alma un mar de evocaciones,
y al sonar de tus voces cristalinas
se ven pasar las viejas tradiciones...
Yo me embriago en los regios panoramas
que se ven al través de tu poesía:
tu poesía es un árbol cuyas ramas
van renovando el fruto cada dia...
193
JULIO J. CASAL
Junto 1 la ebúrnea torre
de tu lirismo, corre
el rio urbano, pero su corriente
no mancha sus paredes con sus huellas...
¡No sabes de los hombres... solamente
vives en comunión con las estrellas!
Debiera estallar tu orgullo,
que tu rima audaz y extraña
ha traspasado la cima
mis elevada de España...
Maravillosa es tu rima,
que tiene sedas de arrullo
y altiveces de montana!
Oficias con tus rimas portentosas
en el altar de la Naturaleza,
y en tu canción vertió todas sus rosas.
s us astros y sus rubias mariposas
nuestra suprema madre la Belleza!
EN POS DE UNA ILUSIÓN
¿Remontará mi fantasía el vuelo
en busca de otras tierraB promisoras?
¿O han de encontrarla murtia y sin anhelo
las venideras horas?
¿Me embriagaré en lejanos panoramas?
¿Hallaré, en mí camino,
para el ¡*rbol ya seco nuevas ramas,
para mi copa espiritual más vino?
¿El imán de que cnsueAo ha de atraerme?
incapaz de cantar lo no cantado,
para alegrar mi mal, ¿he de valerme
de la ronca guitarra del pasado?
«94
julio j. Casal
¿Marca el reloj de mi quimera el fin
de todos sus minutos?...
¿O la imaginación será un jardín
que renueve sus frutos?
¿Mi traje de emociones será el mismo?
¿Dejare los umbrales del presente,
ó calmaré la sed de mi lirismo
siempre en la antigua fuente?
En pos de una ilusión cándida y nueva
quiero volar en un cercano día...
|Yohc de encontrar el junco que remueva
los amplios mares de mi fantaslnl
FIN
INDICE
Rlrmo interior
Nuevos horizontes,
V (Kf», , t»«*****V»*«««» •••
Malí nal. ••
•••*♦•••
Biblioteca del Uub X
Eli lo* *••••
El pirK|tlero,» *
|ntimo M . kM
Viajar,,
Hay hom brea. • . . . . . V ...... * . . • • •
PaWjf. * • *
Doctrinas » ... .«
Campo y •
El lobo.», *♦•••*
Veo, nalut nlmentr *•••♦•»• -
I .ni diligencia», . • .
Libro* y hombres. . • o
El cielo n tan «tul.., .........
Mi láuipnra . . .
Lienzo* de Rafael i « ...» • *
Como toda ilusión • •••
El afilador ♦•*•••
Somos boj «i*» . . . , *
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A media noche,*..*.,
MaAnna primaveral ........ . * •
Familiar •
En cata tarde. *
Nada más?.. ... v. 4 ’ 44 •
Al mai Cantábrico. .
Retorno* sentimentales.. . « ...*»♦••»
Sombras luminosas . . . . . .
Finirá»... . . * . . . . • « *
Miguel de Unarouno **••' *•
L<* personajes.. ...
Florea de papel. -
Loa vimdeíAwes.
M interprete,. ¿
Soy un sentimental^ .... . • • * > • • • •
Felicidad suprema ......
Árbol • ♦
F.l dolor... • •*
Sr oda» escondidas ♦
FJ apeadero *i- **
Retrato * *• • * *
Mas . •••
Frente. ••<••••«•*»» ***••<
De viaje c . * . . ♦ * 1
Las huertas.. ♦ •
I as criadas.. . ♦ •« *.♦
El principio... *-*•♦♦« *• •••* 4
1 a» ventanas ..... •
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